La Maremma y Massa Marittima.
Como toda la región de la Maremma, Massa Marittima representa el contraste de la tranquilidad frente al febril turismo de las ciudades más famosas de Toscana. Difícilmente decidiremos visitarla o priorizarla en nuestro itinerario en una primer circuito, pero son de esas ciudades que si uno vuelve a la Toscana, debe pararse sin duda.
Ubicada cerca de explotaciones mineras de las que ya desde la antigüedad se extraían metales, su nombre deriva del término «Massa», habitual en la Toscana, y que guarda relación con una distribución agraria romana, comparable a un feudo medieval. En en núcleo de la ciudad rápidamente podemos distinguir en la planta medieval dos partes diferenciadas, la primera Massa Vecchia en torno a Piazza Garibaldi en la zona baja, y Massa Nuova creada en 1228 a partir de la fortaleza Senese, con un entramado de calles regulares y rectangulares. Ambas partes están custodiadas por la muralla, derruida en una parte por el gobierno de Siena en 1337.
Massa Marittima tuvo dos empujes que le impulsaron a lo largo del medievo, el primero la transferencia desde Populonia en la costa de la sede obispal, alejándose de las incursiones piratas; y la segunda la explotación de las minas de plata, que cimentaron una sólida red de comerciantes. El periodo de 1225 al 1335 cuando la ciudad fue independiente al poder de otras ciudades toscanas fue el de mayor riqueza, y tras el sometimiento de Massa Marittima a Siena, el agotamiento de las minas y la llegada de la peste de 1348, la ciudad entro en un declive que no mejoró hasta la mitad del siglo XVIII. Con el descubrimiento de nuevas explotaciones mineras y la llegada de la unidad de Italia, se invirtió la tendencia, siendo destacada su lucha partisana contra el fascismo.
Qué ver en Massa Marittima.
Pero empecemos por Piazza Garibaldi, la irregular plaza de la catedral, pero también de otros edificios importantes de la ciudad como el Palazzo del Podestà (sede del museo arqueológico), el Palazzo dell’Abbondanza, la residencia del obispo conocida como Palazzina dei Conti di Biserno y el Palazzo Comunale. Todos los edificios se construyeron con el travertino local, una piedra muy presente en la arquitectura toscana.
La Catedral de San Cerbone es el monumento de mayor importancia en Massa Marittima, un bello ejemplo del romanico pisano que de forma oblicua y extraña a la vista se yergue sobre una escalinata que le otorga un aire majestuoso. El duomo se inició en 1228, sobre un templo románico precedente, y en el 1287 se amplió con el ábside bajo los preceptos góticos de Giovanni Pisano, que también acopló otros elementos góticos en la fachada como los pináculos. Más tarde, entrando en el siglo XIV se añadieron las capillas laterales.
En el interior resaltan obras como la Maestà (Duccio di Buoninsegna), el Arca de mármol de San Cerbone , la fuente bautismal, o la Madonna delle Grazie, un retablo también del mismo Duccio.
Para acceder a la fortaleza debemos subir las calles que nos llevan hasta la Porta alla Silici, entrada al recinto de la fortaleza. Allí encontramos la Torre del Candeliere, edificada durante el gobierno libre de Massa, y que era un antagonismo a la torre del Castillo de Monteregio que representaba el poder eclesiástico.
La campana actual, todavía llamada familiarmente por la gente de Massa Marittima como Campanone, es del siglo XVIII, y es tres veces menor que la original, colocada en 1413; mientras que el reloj es de 1610.
La torre del Candeliere está unida a una torre llamada Cassero por el Arco Senese, un puente llamado así porque durante la época del gobierno de Siena – que ocupaó la ciudad- se encargó de fortificar la parte alta con muros para evitar posibles revueltas.
El edificio del Palazzetto delle Armi (siglo XV) alberga el Museo di Arte e Historia de la Minería. En su día fue un deposito de armas, especialmente de ballestas que en caso de ataque se distribuían a los ciudadanos para defenderse del asedio. El museo nacido en 1984 es un compendio de las técnicas y los yacimientos de extracción minera de la región de la Maremma.
Dentro de la zona alta encontramos la Iglesia de San Pietro, construida por el obispo en 1197 en el recinto del Castillo de Monteregio. Su nombre completo, San Pietro all’Orto, se debe a que junto al templo había un gran huerto donde se cultivaban hortalizas y frutales. En el interior se visita el Museo de Arte Sacro y una colección de arte contemporáneo.
Para completar la ruta por la Massa Nuova podemos pasear por el Parque de la Rimembranza (del recuerdo), inaugurado en 1924 para conmemorar a los caídos en la primera guerra mundial, con árboles que recordaban con un cartel a cada uno de los soldados locales muertos. En 1938 se traslado al parque la estatua de Garibaldi desde la Piazza homónima junto a la catedral, donde estaba colocada dando la espalda al Duomo. No era una casualidad, el escultor era Ettore Ferrari, reconocido anticlerical y autor de numerosas estatuas de personalidades de la Reunificación que hay en muchas ciudades italianas. En el mismo parque se alza el antiguo Monasterio de Santa Chiara, de las Clarisas, hoy Biblioteca de la ciudad.
Excursiones y rutas cerca de Massa Marittima
Desde Massa Marittima merece la pena guardar tiempo para hacer una ruta hacia el límite sur de Toscana, parando en Galgano, Grosseto, o el yacimiento etrusco de Roselle.